"ALMA MATER QUIEREN
MATARTE CON FLECHAS
DE OSCURIDAD" *
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“ Que la universidad se pinte de negro, que se pinte de mulato, de obrero, de campesino, que se pinte de pueblo. Por que la uni-versidad no es patrimonio de nadie y pertenece al pueblo. Si tratan de arrebatársela, el pueblo romperá las puertas y la pintará con los colores que le parezca.”
Ernesto “Che” Guevara.
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Según el diccionario de la Real Academia Española, estudiante es aquel o aquella que cursa es-tudios en un establecimiento de enseñanza, y estudiar es: “ejercitar el en-tendimiento para alcanzar o comprender algo. Cursar en las universidades o en otros centros docentes. Aprender. Tomar de memoria. Observar. Examinar atenta-mente”
Lástima que el diccionario de la casa de “Naziño” y los manuales de las fuerzas armadas tengan otras definiciones:
Lástima que el diccionario de la casa de “Naziño” y los manuales de las fuerzas armadas tengan otras definiciones:
Estudiante: Es aquel o aquella que cursa estudios en una guarida para terroristas.
Estudiar: Llenarse la cabeza de cucara-chas y de marxismo mamerto. Ir todos los días a la guarida de terroristas. Convertir-se en un peligro para la seguridad de la patria.
Evidenciando con esto que hay una rela-ción antagónica entre la educación que quieren los estudiantes y la que quiere el gobierno, o mejor entre el pueblo colom-biano y esa oligarquía dominante que nos oprime.
El pueblo colombiano quiere y necesita una educación reconocida como un dere-cho y no como un servicio o un privile-gio, autónoma de los intereses del impe-rialismo, que sea un espacio donde se garantice la libertad de expresión de pen-samiento y de respeto por las costumbres, tradiciones étnicas, culturales y popula-res; una educación cuya práctica e inves-tigación estén dirigidas a solucionar los problemas sociales y satisfacer las nece-sidades más sentidas de las comunidades y la nación. Por el contrario el gobierno colombiano pretende imponer por la fuerza un modelo educativo en beneficio del gran capital y en detrimento de las grandes mayorías del país.
El pueblo colombiano quiere y necesita una educación reconocida como un dere-cho y no como un servicio o un privile-gio, autónoma de los intereses del impe-rialismo, que sea un espacio donde se garantice la libertad de expresión de pen-samiento y de respeto por las costumbres, tradiciones étnicas, culturales y popula-res; una educación cuya práctica e inves-tigación estén dirigidas a solucionar los problemas sociales y satisfacer las nece-sidades más sentidas de las comunidades y la nación. Por el contrario el gobierno colombiano pretende imponer por la fuerza un modelo educativo en beneficio del gran capital y en detrimento de las grandes mayorías del país.
Una educación como la que el gobierno plan-tea sirve como un instrumento de dominación ideológica que convierte a gran parte de los colombianos en seres egoístas e individualis-tas, sin memoria y sin historia, sumisos y con-formistas, un modelo donde educar significa proveer a la industria de una mano de obra calificada y obediente, capaz de seguir ciertos procedimientos de producción, un modelo de educación donde los ciudadanos no puedan desarrollar todas las potencialidades de su ser, sino solo aquellas potencialidades que sean necesarias para el sistema de producción.
El conflicto que hay entre estas dos visiones de educación es un escenario más donde se refleja el grave conflicto social y armado que vive el país, tanto así que el Estado colombia-no ha desatado su poderío militar en aquellas universidades donde la demagogia no le ha funcionado, igualando a los estudiantes con la insurgencia y utilizando los mismos métodos que utiliza para combatirla: redes de infor-mantes y de inteligencia dentro de los campus, oferta de recompensas por líderes estudianti-les, amenazas, señalamientos, persecuciones, detenciones arbitrarias, asesinatos, torturas y falsos positivos como el realizado el pasado sábado 4 de abril de 2009.
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* Alí Primera.
El conflicto que hay entre estas dos visiones de educación es un escenario más donde se refleja el grave conflicto social y armado que vive el país, tanto así que el Estado colombia-no ha desatado su poderío militar en aquellas universidades donde la demagogia no le ha funcionado, igualando a los estudiantes con la insurgencia y utilizando los mismos métodos que utiliza para combatirla: redes de infor-mantes y de inteligencia dentro de los campus, oferta de recompensas por líderes estudianti-les, amenazas, señalamientos, persecuciones, detenciones arbitrarias, asesinatos, torturas y falsos positivos como el realizado el pasado sábado 4 de abril de 2009.
Es tal la cobardía de un gobierno negligente cuando se trata de los derechos del sector po-pular de nuestro país, que la única respuesta a las peticiones de quienes exigimos igualdad, justicia y una manera digna de vivir es usar a esas fuerzas oscuras para que hagan el trabajo sucio que desde un escritorio en la casa de Naziño se planea fríamente. De esa manera se puede ver como la fuerza privada (policía, ejercito, sijin, AUC, AUV, etc.) al servicio de los ricos, en su afán de mantener el poder para el gobierno, implementa su supuesta inteligen-cia en contra de todos los que se oponen a sus políticas, es así como se demuestra que el gobierno solo es capaz de responder con su política de guerra a todos los debates e ideas políticas a los que se enfrenta, y nosotros como estudiantes tenemos esa respon-sabilidad y mas aun ese deber moral poner en tela de juicio su accionar terrorista en contra de los indígenas, campesinos, trabajadores, sindica-listas, estudiantes, representantes de derechos humanos, periodistas, etc.
El gobierno está tratando de acallarnos, de cerrar las vías que nos llevan hacia el conocimiento, tratando desesperadamente de que desistamos en nuestra resistencia a la opresión y a la injusticia que vivimos diariamente; pero no lo va a lograr porque son más fuertes y poderosas las ideas que las armas, porque la conciencia social obliga a la unidad y la unidad forja la victoria. No permita-mos que nuestra amada alma mater desaparezca, unámonos en una sola voz y exijamos nuestros derechos a la educación, a la vida digna, a la igualdad, a la libertad… ¡Univalle está viva y así debe permanecer!
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* Alí Primera.
